
Herkous, pariente cercano de Alceste, tiene muy poca fe en la raza humana. Sólo ve engaño, mentira y doblez. Por eso Herkous se sorprende gratamente cuando M’Sili le devuelve su cartera, que ha perdido en la calle, se alegra cuando se niega a aceptar recompensa alguna y se emociona cuando oye a M’Sili decirle que tiene cara de mono. Esta preocupación por la verdad es tan rara y tan valiosa que Herkous contrata a M’Sili de inmediato. Pero no vale la pena decir todas las verdades, y Herkous no tarda en aprenderlo por las malas. Peor aún, por el bien de Zina, M’Sili empieza a contar «mentirijillas».