


Esta historia, ambientada al margen de la guerra de Argelia, podría ser un cuento oriental. El «Ruiseñor de la Cabilia» es el apodo que recibe el viejo Ahieddine, un poeta que vive en un pueblo de montaña. Ahieddine recibe la visita de un joven oficial francés. ¿Qué quiere de él? Información, sin duda. El teniente, que ha estudiado la lengua cabila, sólo quiere visitar a un poeta famoso, hablar con él y oírle escribir un poema.
Una visita así sería difícil de justificar ante los hombres del maquis. Esa misma noche, Ahieddine fue detenido y llevado ante un tribunal de maquisards. Fue sentenciado a muerte por traición. ¿Tiene un deseo antes de morir? Sí, escribir un último poema, el poema de su muerte. Improvisa un poema y los hombres le escuchan, sobrecogidos de emoción ante las palabras en su propia lengua que expresan la poesía de su raza. Indultan al viejo Ahieddine y lo liberan. Sin embargo, el destino esperaba al «Ruiseñor de Cabilia» en el recodo de un sendero de montaña.