Dos jóvenes, alpinistas en ciernes, sin escuchar los consejos de sus padres de tener cuidado, ni los de un instructor en el tren que les llevaba a Chamonix, se lanzaron a escalar en los Alpes. Aunque no tenían mucha experiencia, tenían la suficiente confianza para su edad, y nada más llegar se lanzaron a escalar, dejando a otros que se entrenaran en la «montaña de las vacas». En un glaciar, un paso difícil les obligó a abandonar sus mochilas y parte de su equipo. Pronto, una pared infranqueable les obligó a dar media vuelta. Tuvieron que colocar pitones y descender en rápel. Desgraciadamente, el martillo se quedó en la mochila y pasaron la noche atrapados, sin comida ni ropa, con la esperanza de que al día siguiente una cordada viniera a rescatarlos. Un instructor y un guía, que acompañan a los jóvenes principiantes, vendrán a rescatarlos y los conducirán a la cumbre por la ruta correcta.